Compañía Teatral Orinoco Ensamble
Presenta
ORINOCO de Emilio Carballido

Emilio Carballido nació en Veracruz, México, el 22 de mayo de 1925 y murió en la misma ciudad el 12 de febrero de 2008. Su aportación al teatro mexicano es invaluable. Ha elaborado piezas teatrales que sirven como ejercicios didácticos para estudiantes, como así también ha desarrollado fantásticos relatos infantiles y piezas maestras que lo colocan en uno de los escalafones más altos del realismo y el costumbrismo mexicano. Considerado uno de los pilares del teatro moderno, ha ido en contra de la idea de que el teatro debe ser didáctico. Por el contrario, afirma, “lo único didáctico posible es dar buenas obras, hermosamente preparadas, no hay otra. Para cambiar las estructuras sociales, es mejor un mitin que una obra de teatro. No podemos escribir predispuestos a denunciar algo. Si somos personas comprometidas y tenemos preocupaciones éticas, la obra va a reflejar automáticamente lo que somos y en quién creemos, pero también nos revelará rincones desconocidos de nuestro pensamiento.”



Como docente, ha sido generoso con sus alumnos -de entre los que destacan Sabina Berman, Juan Tovar y Oscar Villegas- y ha publicado numerosas antologías donde reúne lo mismo obras infantiles que piezas inéditas de jóvenes dramaturgos.



Como dramaturgo, ha apostado no sólo a montar sus obras en los grandes recintos con directores reconocidos, sino que también ha trabajado con jóvenes directores y compañías de teatro independiente, al igual que con compañías de pueblos indígenas.
Emilio Carballido se dio a conocer en las letras mexicanas a los 25 años de edad, cuando Salvador Novo decidió abrir la temporada de teatro de 1950 en el Palacio de Bellas Artes con Rosalía y los llaveros, obra de la que Carballido aún no tenía terminado el acto final cuando fue informado de que sería estrenada en el teatro más importante del país.



Su obra se estrenó con gran éxito, lo cual afirmaría Carballido, “me dejó estúpido y muy engreído”. Dedicó los siguientes tres años de su vida a presentarse en fiestas y reuniones de escritores. Después, en 1954, comenzó a trabajar en la Universidad Veracruzana, donde asegura “me alejé de tanta tontería”, y se dedicó a escribir de forma implacable, lo mismo piezas teatrales, que hoy suman más de 100, que relatos, guiones cinematográficos y televisivos, ensayos didácticos y de crítica teatral.



Nació en Veracruz, pero llegó a vivir a la Ciudad de México durante su primer año de vida y su infancia fue la que lo empujó al camino de las letras: “Me trajeron de brazos a la capital y mi infancia transcurrió en los barrios de La Lagunilla y en Santo Domingo. Querer escribir surgió en mí naturalmente, porque era un muchacho muy imaginativo, precoz e insoportable, que leía mucho y lo más natural para mí era escribir, ya que en mi casa, todos escribían: mi abuela, mi mamá, mis hermanos y mis tíos hacían versitos y cosas de ese estilo."
De esa abuela materna, que de niña había memorizado versículos completos de la Biblia y de la poesía griega, recibió los relatos orales que desataron su imaginación y que serían fuente de inspiración de muchas de sus obras.
Además, absorbió el estilo fantástico de las narraciones de Julio Verne, y siguió las aventuras de Sandokan, el Capitán Tormenta y los Piratas de Málaga de la mano de Emilio Salgari. Hizo un intento por escribir lo que se desarrollaba en su mente al momento de leer, y descubrió que “era una lata relatar y que era más fácil escribir diálogos y hacer acotaciones. Entonces lo que primero escribí de teatro, es todavía de chamaco, unos cuentitos a los que les hacia dibujitos; es decir, eran como una especie de cómics que yo dibujaba y dialogaba”.
Se inscribió en la facultad de Derecho y descubrió en esa misma época el teatro de Xavier Villaurrutia. Durante sus clases de derecho romano, escribió una obra de teatro; y en el transcurso de un examen, concibió La triple Porfia (que posteriormente mostró a Salvador Novo). Luego de presentar en Bellas Artes Rosalía y los llaveros, ya radicado de nuevo en Veracruz, escribió La danza que sueña la tortuga y Felicidad, obras que los críticos han colocado dentro de la corriente del realismo; y el magnífico libro de relatos veracruzanos La caja vacía. Comenzaba así, la carrera de uno de los dramaturgos más brillantes del país.







SÍNTESIS ARGUMENTAL

Lo que se percibe en escena es la historia de dos artistas de cabaret, que de pronto despiertan en una barcaza que se desliza por las aguas del río Orinoco cuya tripulación ha desaparecido, sólo uno de ellos yace ensangrentado e inconciente en un camarote.

No es en absoluto una historia de suspenso de si lograrán o no llegar a puerto seguro, sino que es una alegoría del destino de todos los seres humanos pasajeros de una nave sin control que inexorablemente nos llevará a un destino final, la muerte.

"El mismo acto teatral es mágico, engañoso y revelador"

Dos mujeres, Mina y Fifí, que navegan en aguas turbias y se debaten entre dos fuerzas definidas, el deseo, los sueños y el sentido de lo que en verdad somos. utopía y realidad. Víctimas de la marginación, se hacen protagonistas y antagonistas para salvarse, y en ese viaje inquietante, pasarán de la risa al llanto, del dolor a la alegría, poniendo en juego la poesía, el humor y la ilusión. Metáfora del género humano, en su fragilidad y desamparo, expuestas siempre a la catástrofe y al sacrificio, ante un destino cruel, azaroso e implacable. Sólo una transformación logrará aliviar el horror que las aniquila.

"Lo importante de la obra es el planteamiento del viaje forzoso; cómo nos comportamos durante la travesía, honestos o hipócritas, auténticos o simuladores, oficiantes del bien, del mal… “Un viaje…”, “El viaje de la Vida…”. Viajamos solos, acompañados?... Hacia dónde? Hasta cuándo?, simple metáfora de la existencia donde el autor desde una visión filosófica hace un paralelo entre esta y ese río turbio, de aguas amarillas, donde navegan alguna Mina o alguna Fifí, que al interactuar producen el movimiento mismo de la vida, la búsqueda de la liberación aunque todos tengamos la certeza que al final llegaremos inexorablemente a un destino final".